Hace 9 meses nos juntamos 3 amigos en el café y creímos que era necesario aportar historia a la histeria que sufre la sociedad. En mi caso cuando uno lo ha probado todo, radio, televisión, gráfica, libros, sugerí dejar la impronta en el mundo digital y así creamos Contratiempo.com.ar con su respectivo eslogan: República o retroceder hacia adelante. En todo este tiempo pasaron entre informaciones, artículos originales y columnas selectivas casi 750 relatos, siempre interpretativos. Escribimos para la coyuntura y para la posteridad, recibiendo opiniones que se derraman aqui y a través de las redes. Opinamos, y publicamos libros propios como Los Perseguidos, La Rebelión de los muñecos, El paraíso Perdido, un pincel y dos manos etc. No somos un diario, no publicamos solamente literatura, no es una obra filosófica, política, deportiva, sociológica, mítica y mística y sin embargo Contratiempo es un poco de todo. Como dice Sebrelli, no tenemos delirio de unanimidad, tampoco apuro, no somos devotos de nadie. No le pedimos plata a nadie, el que quiere que apoye de lo contrario nuestro respeto sigue igual. no negociamos convicciones, tratamos de interpretar, siendo críticos o plausibles si es necesario. De todas maneras durante estos 9 meses hubo casi 100.000 personas que entraron a leer Contratiempo, quizás sean menos porque muchos se repiten, mejor! porque vuelven. No predicamos el por fin!!!!, nos complace ser el en fin!!!somos tránsito, preguntas, dudas, caminantes y detestamos todo lo que asegure certezas metafísicas. Y como decía Confucio, no malgastamos cañonazos en mosquitos, más bien pretendemos escribiendo encender una vela que insultar en la oscuridad. Tratamos de ser distintos, porque la igualidad nos llevó a esta situación afligente que sufren 45 millones de Argentinos.
9 meses, un espacio virtual y real, defendemos la palabra desde la axiología, aceptamos el desafío sabiendo que no venimos a salvar al mundo, pero el mundo tampoco se va a salvar de nosotros. Una multitud de personas nunca sabrá que existimos, pero despacio y serenamente llegaremos a ser leídos por el futuro. Es la curvatura existencial de todas las cosas. Tramoyistas, titiriteros, acróbatas, impostores de la comunicación nunca faltan en el circo mediático, de ahí el nombre Contratiempo que se alimenta de las raíces del contrasentido que enfrenta a la montonera, al fetichismo barato, al egocentrismo ideologizante y paralizante. Si logramos que un solo lector alcance la autonomía de no ser pensado ni manipulado por esta mala suerte que vive la sociedad atacada por la hipnosis oligofrénica consensual, o sea la imbecilidad mediocre y populista; esteremos justificados. Gracias por vuestro tiempo, que como decía Charles Chaplin, el tiempo es el mejor autor y siempre encuentra un final perfecto. 30.5.2021.