Tenía 8 años y viví un par de años en un pueblo que siempre se mantuvo igual porque es de paso, se llama Santiago Temple, antes de Arroyito, despues viene San Francisco en la provincia de Córdoba. Funcionaba solamente los domingos en la tarde, en la única confitería del pueblo. De las películas recuerdo muy poco pero vibra mi memoria mineral por los acontecimientos que se suscitaban cuando las película terminaba y al salir en la calle se producían grandes discusiones algunas con escaramuzas que me dejaban perplejo como un pos espectador más atento hacia aquellas discusiones desopilantes que la atención y emociones que despertaban las mismísimas películas. Eramos un contingente de niños, jovenes y gente adulta del pueblo. Con mis ocho años no entendía nada y cuando volvía a mi casa y me preguntaban por las películas siempre contestaba lo mismo: el atractivo no son las películas, sino lo que pasa afuera despues de la función. Tampoco entendían nada. Como nunca llegué a disfrutar de una buena película porque salía del cine muy confundido. Las polémicas se generaban por la interpretación del argumento, algunos sostenían que habían entendido que la película seguía cierto guion, comienzo desarrollo y final. Pero otros, sostenían lo contrario. La dialéctica era excéntrica y se pasaban el resto de la tarde polemizando sobre el sentido que le daban a aquellas peliculas policiales, de cowboys. de guerra, de lo que fuera. nadie se ponía de acuerdo con nadie. Un día mi tío me dijo, te voy a llevar para decifrar eso que pasa. Entramos vimos, salimos, el mismo lío pero mi tío entendió. Explicame! lo conminé y me comentó: ¿ pero no te das cuenta que el dueño de la confitería que pasa las cintas es analfabeto?…y? insistí. Y mi tío muerto de risa me aclaró: son tres rollos..rollo uno, rollo dos y rollo tres. Como no sabe contar, metía primero el rollo 2, o 3 o con suerte el 1 y despues, venía el 3, y le seguía el 1….no había cronología para nada ni Einsten entendía las películas. Pero lo que me conmovió y ahí me di cuenta de la tentación de mi tío..es que cuando metía el primer rollo que en ves de ser el uno era el 3 o final, el dueño desde arriba donde tenía el proyector gritaba: AUNQUE DIGA FINAL…LA PELÍCULA NO TERMINA!!!!y seguía despues del final, el principio. Aquello que fue mi primer asombro por las polémicas que se generaban, ahora me dan tanta risa..risa como nostalgia, porque no nos importaba no entender, queríamos ir al cine de cualquier manera.

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