NO HAY CASO, NO APRENDE.
Es el mismo Papa que entronizó a San Dimas, antes de que éste se arrepintiera, retrovalorizando así su condición de ladrón cuando sentenció: «recuerden que el primer santo fue ladrón». Y no fue así, como tantas veces en su papado no pensó antes de expresarse con el agravante de que los Papas no opinan sino que pontifican: es la palabra final. Aclaremos lo de Dimas, para que este hombre crucificado con su compañero, ambos al lado de Cristo, para instantáneamente fuera santo (se robó el cielo dicen algunos), primero debió arrepentirse y confesar que era ladrón y merecidamente estaba ahí colgado. Luego de arrepentirse de su condición de ladrón, debió pedirle perdón a Dios que lo tenía a su lado y finalmente da otro paso, le pide después de recriminar a su cómplice, que Cristo lo tenga en cuenta cuando esté en su reino a lo que Jesús le dice: En verdad te digo, hoy estarás conmigo en el paraíso!!. Hubo un proceso y Dios lo convirtió en santo.
En el caso de Bonafini causó estupor que a una terrorista declarada, una mala persona quejamás se arrepintió de sus actos y hechos, ensuciando la bandera de los derechos humanos y desprestigiada internacionalmente cuando manifestó su alegría ante el ataque de las torres gemelas donde murieron 3.500 personas y los sobrevivientes quedaron traumados entre ellos había argentinos, recibe un rosario de «su santidad», quien alega ante la turbulencia pública del catolicismo: yo solamente quise dar mi afecto a una madre que perdió a sus hijos. Cuántos rosarios debería haber enviado a los deudos de los muertos en el ataque a las torres gemelas?. Pero si es por rosarios, le envió uno a la delincuente Milagro Salas, quien había hecho un gobierno paralelo robando plata del estado y maltratando gente en Jujuy, juzgada, sentenciada y encarcelada. Otra ofensa a sus propios feligreses. Sigamos con Bonafini, le envía una carta que la recientemente fallecida, la mostraba y se ufanaba públicamente alegando que El Papa la comparaba con Cristo. la ponía a la altura de Dios.
Es difícil estar en una situación y que nadie lo cuestione, cuando se puede hacerlo ex cátedra, de un cura militante peronista (guardia de hierro) que llega a ser Papa cometiendo actos de perplejidad y defendiendo ladrones, haciendo de dirigente político, despreciando volver a su propio país, recibiendo a impresentables y defendiendo sacerdotes y obispos pedófilos (Chile, Venezuela) que después debió retractarse.
Ahora dice: quiero estar cerca de todos los que lloran su partida!!!y se le traspapela el párrafo, cometiendo una omisión imperdonable, de todos los deudos de tanta gente que murió por la obra de la insurgencia que eran terroristas como esta señora, porque la muerte no la va a corregir. Tendrá algo que decir de la hija de Lambruschini que tenía 15 años cuando murió por una bomba que le puso en su casa la subversión?.
Y la deja mal a la iglesia o no leyó la crítica que los obispos hicieron en su momento, primero por la falta de actitud ante la represión y por LA HEMIPLEJÍA MORAL QUE LA MISMA IGLESIA HIZO EN CUANTO AL JUICIO DE REPRESORES Y DE SUBVERSIVOS. Con deudos de montoneros que hoy cobran subsidios y deudos de soldados asesinados que nunca vieron un mango. Se vuelve a equivocar y le pide a Dios que le regale….le regale…el descanso eterno y no se olvide el bien que hizo…..falta que la santifique!!!. Y pide que recemos por él..y si..ahora más que nunca.
JUAN CARLOS MALIS.
El mensaje del papa Francisco, tras la muerte de Hebe de Bonafini: «Quiero estar cerca de todos los que lloran su partida»
El sumo pontífice envió una carta a la Asociación Madres de Plaza de Mayo en la que despidió a la titular, que falleció ayer a los 93 años.
En el texto, fechado ayer en Santa Marta y difundida hoy por la organización, el sumo pontífice afirmó que acompaña «con la oración» a Bonafini, «pidiéndole al Señor que le regale el descanso eterno y no permita que se pierda todo el bien realizado».
En el texto, encabezado con un «Queridas Madres», Francisco expresó: «En este momento de dolor por la muerte de Hebe de Bonafini, madre de la plaza, quiero estar cerca de ustedes y de todas las personas que lloran su partida. Supo transformar su vida, como ustedes, marcada por el dolor de sus hijos e hijas desaparecidos en una búsqueda incansable por la defensa de los derechos de los más marginados e invisibilizados».
«Recuerdo, en el encuentro que tuvimos en el Vaticano, la pasión que me transmitía por querer darle voz a quienes no la tenían. Su valentía y coraje, en momentos donde imperaba el silencio impulsó y después mantuvo viva la búsqueda por la verdad, la memoria y la justicia», rememoró el Papa.
Bonafini era muy crítica del entonces cardenal Jorge Bergoglio, a quien acusaba de complicidad con la última dictadura militar, pero tras su elección como Papa cambió de opinión y lo fue a visitar al Vaticano.
Para Francisco, en su texto de hoy, fue una «búsqueda que la llevó semanalmente a marchar para que el olvido no se apoderase de las calles y de la historia y, el compromiso con el otro, fuera la mejor palabra y antídoto contra las atrocidades que se padecieron».
«En esta, su última marcha, la acompañamos con la oración pidiéndole al Señor que le regale el descanso eterno y no permita que se pierda todo el bien realizado; y, a ustedes, las conforte y acompañe para seguir siendo las Madres de la Memoria», manifestó el Papa al dirigirse a los integrantes de la asociación.
Y cerró la misiva: «Rezo por Ustedes; por favor, no se olviden de rezar por mí. Que Jesús la bendiga y la Virgen Santa las cuide».
Bonafini falleció ayer a los 93 años en la ciudad de La Plata, y el Gobierno decretó tres días de duelo nacional.
El mensaje previo a la muerte
El Papa Francisco alcanzó a transmitirle sus saludos a la titular de Madres de Plaza de Mayo Hebe de Bonafini durante su internación a través de una visita que le hizo el viernes en el hospital italiano de La Plata el arzobispo de esa ciudad, Víctor «Tucho» Fernández.
Así lo reveló el propio Fernández a través de su cuenta en en la red social Twitter. El arzobispo dijo que la encontró «muy bien preparada» para el desenlace y recordó que «ella decía que volvió a la fe después de reconciliarse con él», en referencia al Papa.
«Rezo por el eterno descanso de la señora Hebe de Bonafini”, dijo Fernandez, el obispo argentino más cercano al Papa Francisco, y contó que ella «me dijo con una sonrisa: ‘estoy lista'».