Lo encargó la viuda hace años a un escultor ecuatoriano que en ese momento costaba 150.000 dólares. Lo hicieron de arcilla pero Cristina encantada con la imagen que ella instruyó que apareciera sonriendo, caminando el brazo en alto liberador de estos pueblos, lo pidió de bronce. Y así se hizo pero en Ecuador no lo quisieron asi que Fernández con la venia de la viuda lo pidió para repatriarlo a su tierra. Será exhibida en el Centro Cultural Kirchner para que lo puedan ver todos los argentinos. Tiene casi dos metros de alto, aunque le faltaría un poco de estatura. De ahí posiblemente lo eleven a la altura de San Martín y Simón Bolívar o Fidel Castro, el Che Guevara y Chávez.