La imagen que vemos pertenece a una de las escenas protagonizadas por el actor Jim Caviezel, muy bien logrado fundamentalmente por los ojos y la dulzura de su rostro. Los primeros 300 años del cristianismo se vivieron en plena decadencia humana. Se derrumbaba el imperio romano, convertido cuando San Agustín sostenía: ya es tarde para detener, lo que el mejicano Octavio Paz define muy bien: Roma ya tenía un cansancio imperial. El escritor Marco Denevi (Rosaura a las diez) preguntaba: ¿ que son 10 años para una estrella?, nada. Y para un ser humano?, contestaba: ¡ una cesárea!. La clásica pregunta si la vida es corta o larga, la mayoría de los maestros, inclusive Buda dice, “el pasado es un sueño, el futuro una ilusión y el presente es una nube que pasa”. Hay una insoportable levedad pero prefiero el oxímoron: la vida es fugazmente interminable. Ahora pensemos todo lo que sucede durante ¡2000 años! tantas cosas que se tornan inalcanzable para la mente humana. Inclusive la historia que escriben los hombres no es la historia de los hombres, porque cada uno tiene su historia. La pregunta es: ¿por qué se mantiene vigente el cristianismo, la era cristiana durante más de 20 siglos!, Si todo cambia y se transforma salvo la ley de los cambios. Recurrimos a un maestro oriental: todo es incognoscible, jamás vamos a poder desentrañar los misterios de Dios, de lo contrario seríamos dioses. Entre tantos, vino Friederic Nietzsche con su superhombre, o mas alla del bien y del mal o Dios ha muerto y cambió las reglas, porque el creador del Cristianismo mientras sostenía que el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios; este filósofo trató de invertir esa verdad por: Dios está hecho a imagen y semejanza del hombre. El hombre es su propio dios, crea sus dioses a su manera. A partir de ahí surge el monismo, solamente somos un cuerpo, el materialismo, no existe el alma, fiel representante en el siglo pasado el premio nobel Saramago quien preguntaba: ¿conoce el alma?..la ha visto? bueno si ha hecho algo malo me la traen le ponemos las esposas y la llevamos presa. El Darwinismo con la evolución de las especies hizo lo suyo pero también aparecen mentes como la de M Sheller con su obra fundamental: el lugar del hombre en el cosmos. Un gran vitalista, el filósofo preferido de Juan Pablo Segundo. San Agustín uno de los padres de la iglesia sostenía: nuestra iglesia prostituta. O sea, la iglesia siempre estará integrada por humanos, mortales, fallidos porque no existe la infalibilidad. El siglo XX quizás el más criminal de la historia, entre la primera y segunda guerra mundial murieron 100 millones de personas. Pero hoy, en plena globalización si hacemos historia no terminamos más, rige la inteligencia artificial. El hombre actual se descarriló del “ser”, no sabe que el destino de occidente radica en esta palabra ser: fuerza imperante que permanece regulada por ella misma. No tiene idea y si Dios no está, todo está permitido. Todo vale?..vale todo!!!. El nihilismo o kenosis la muerte de los valores hace estragos, el agnosticismo: personas que quieren pruebas para creer en Dios, el ateísmo, no creer absolutamente en nada en nadie hasta que el avión se empieza a caer. Ahí lo tienen, el hombre actual, lo sustituyó a Dios. El planeta está enfermo, los recursos se agotan, las especies desaparecen, la sexualidad hace formidables mutaciones; parece que ya conocemos el universo, pero cada vez somos más infelices y devaluados. Paulo VI el primer Papa moderno, Peter Heblettwaite, ya lo decía, el demonio se nos metió por las hendijas de la iglesia. Corrupción, pedofilia, apostasía se instala en el templo. Y entonces?. Dios sigue sosteniéndonos: ha vencido a la muerte propia y la de su amigo, sigue comprendiendo al ladron arrepentido y le regala el paraíso, con Él no pueden las fuerzas de la naturaleza, el viento, el mar la furia telúrica, desaloja demonios y hasta nos envía la señal de un beato Carlo Acutis, un joven como los demás que le gusta la informática, que juega con la computadora, que se muere a los 15 años y que hace milagros. Los griegos lo buscaron y los primeros padres de la iglesia lo tradujeron, lo sintonizaron y entronizaron para que la humanidad deje de dudar y se inspire en la respuesta de todas las respuestas cuando Juan dice:
En el principio existía la palabra
y la palabra estaba con Dios. Y la palabra era Dios
Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella.
Y sin ella no se hizo nada de cuanto existe.
En ella estaba la vida. Y la vida era la luz de los hombres
y la luz brilla en las tinieblas. Y las tinieblas no la vencieron.
La mejor metáfora de hombre: el hombre es un relámpago porque viene a dar claridad y luz ante un mundo oscuro.