El presidente de la nación envió al Congreso el proyecto para implementar el aborto legal porque la penalización según Fernandez no ha contribuido a mejorar la situacion. La jararquía de los obispos argentinos que están totalmente en contra dijeron que será un golpe doloroso para el Papa Francisco. El grupo verde sostiene que es la forma de evitar tantas muertes de madres que recurren a curanderas y aborteras, que terminan asesinando a ambos. Y el grupo celeste sostiene que lo mejor es salvar a las dos vidas. Lo cierto es que en este momento donde no salimos de una pandemia es inadecuado tratar este proyecto porque hay problemas urgentes que están por encima de este proyecto que se contradice en si mismo porque es un contraproyecto sobre la vida humana. por encima de las discusiones que se vienen sobre este debate ya instalado hay que tener en cuenta que la Argentina es un país literalmente vacío, hay la mitad de la población que se necesita para tanta extensión con el agravante de la mala administración democracia que hoy tenemos. En todo caso primero está la educación, luego el desarrollo económico, despues poblar la argentina en forma equitativa, descongestionar las grandes urbes y bajar los siderales niveles de pobreza. Monseñor Lozano ha sido claro la contradicción es que se hace el plan de los 1000 días para sostener la vida y opuestamente se trata de atentar contra el embrión que se está gestando. Tía Cristina que hace años venía diciendo que estaban en contra de este proyecto hoy mira para otro lado y tío Alberto se hunde en el fango de sus propias contradicciones.