Jurar es el acto de prometer axiológicamente cumplir con todos los valores que exige la dignidad humana ante cualquier acontecimiento. Se jura ante testigos presente y la gran multitud, en este caso millones de habitantes, que habitan al legislador elegido por el pueblo como representante, en el caso específico que se cumplió en una de las dos Cámaras del Honorable Congreso de la nación. Título de honorable que se viene destiñendo en el Congreso por leyes perversas y seres aborrecibles que sucede desde hace 38 años cumpleaños del retorno de la democracia. Obviamente hay que comprender también que somos seres fallidos. Se jura por Dios, por la Patria, si la persona no es creyente omitirá el nombre de Dios, pero de todas maneras en la intención nunca debe estar ausente en el juramento, la promesa de honrar la patria, la República y a todo el pueblo Argentino.
Cuando las sociedades comienzan a degradarse, ya que según Ortega y Gasset sostenía y coincidimos que somos más parecidos a nuestro tiempo que a nuestros padres, habida cuenta la crisis mutacional que sufre la humanidad?, avanza el nihilismo o relativismo axiológico el cual permite se valore cualquier cosa. Pero el honor y la confianza depositada por la gente en un representante no tienen precio no se negocia, no se vende ni se compra. En este sentido es tal la parte tornadiza de la sociedad que le terminan generando valor y admiración a personas, entes, símbolos que son exáctamente lo contrario de la autenticidad que debe legitimar determinados acontecimientos.
Así con singular asombro observamos que algunos representantes juraron por Maradona, por el matrimonio Kirchner, por cualquier ocurrencia, podría ser por Homero Simpson, archivando sagrados juramentos que exige la nación argentina y que en este sentido como es una promesa tal juramento ayer convirtieron a una premonición, más bien un presagio de que por quienes juraron, algunos grandes corruptos, seguirán su líneas, o paradigmas, convirtiendo o mejor dicho, profanando y estafando a quienes de buena fe votaron por tal o cual. Si lo hicieron para figurar…bueno, Borges…que ante una pregunta mía en el hotel Nogaró, María Kodama me contestó sobre determinado tema, que bien podría adjudicarse a esta cáfila de impresentables y que ayer cometieron perjurio: ¡ESTUPIDEZ O MUERTE!.
Conclusión, ayer asumieron en Diputados, una partida de estúpidos.