En el mundo mediático, no hay lugar que yo haya visitado sin que se recuerde con cariño la figura de Guegué Féminis. He visto fotos de él con las personas que visitaba y que cuelgan en cuadros que nos devuelve ese pasado que se resiste a convertirse en memoria. Porque Guegué Féminis para quienes lo conocieron y disfrutaron a través de la radio, diarios y semanarios, era uno de esos tipos que siempre están vivos, aunque estén muertos. Yo lo recuerdo en el diario Las Noticias del “conejo” Azócar, trabajando, sugiriéndome algunos temas cuando le escribíamos con Ernesto Simón: a quien un día que nos visitaba el ex presidente Menem, yo lo cubría por Colón pero también por Las Noticias, y le decía a Simón, que hacía sus primeras armas: un periodista va y le pregunta sin miedo y hasta temerariamente lo que se le ocurre a un presidente de la nación..entonces es un periodista!!!. Y Simón lo hacía. Recuerdo entre sus fotos, entre tantos personajes cuando estuvo trabajando en Buenos Aires, a Guegué abrazado, en una foto con “Sandro” y con tantos otros y un día se vino a vivir y a seguir su carrera de periodista animador a San Juan y también se casó. Dónde estarán esas fotos que nos siguen hablando, muchas como dije al principio repartidas entre tantos amigos que tuvo. Porque Guegué tenía el don de la amistad. Recuerdo para un carnaval en la calle Ignacio de la Rosa, le pregunté a Lucho Román: ¿ quien es ese loco de radio Sarmiento que hace rato está jugando con los niños?..y Lucho me dijo, es Guegué..ya lo vas a conocer y así fue. Inclusive Prensa de Colón mantuvo una competencia fuerte en todos los órdenes cuando Guegué conducía prensa de radio Sarmiento. Muy querido, muy afable; hasta que se le ocurrió cuando con Héctor Valenzuela teníamos una columna en las Noticias, verlo llegar al café con su clásica cadencia de periodista desenfadado, que en vez de fotos los columunistas fuimos caricaturizados..entonces “el petiso Valenzuela” le enrostró graciosamente: TE VAMOS A HACER UN JUICIO POR DESFIGURACIÓN DE ROSTRO!!!!. Que personajes. Pero Féminis era una vibración, de infinita vitalidad con cierto halo de los tipos elegidos para que los quieran…todos lo querían y lo quieren. Porque insisto, en sus fotos, hay algo como si Lucien Freud, el gran pintor lo hubiese retratado como a la abuela reina de inglaterra y ahí se nos aparece Guegué…un cuadro, un retrato, pero tiene algo….que es como si estuviera vivo, como si su retrato nos hablara…asombroso!!!!. Tenía uno de sus últimos programas que lo hacía en un restaurante se llamaba….los pucheros de Guegué. Fui invitado estaba el doctor Antonio Falcón y no recuerdo quien otro, departíamos, comíamos un puchero interminable, escuchábamos tangos, anécdotas, brincaban las emociones y entonces me tocó..tocarle el alma y se quebró!!!porque en ese tiempo desde la gerencia de noticias implementamos una distinción para muy pocos: EL COLON DE ORO y me dí el gusto de distinguirlo. Y Guegué lloró. Un día gris en el 2000 se vistió de azul y se fue para siempre, pero me dejó la imagen de esas vivencias indelebles..convirtiéndonos a todos los que lo disfrutamos en una especie de Funes el memorioso…cómo olvidarlo!!!imposible. Caminaba, silbaba, tarareaba y cantaba..le recuerdo un tango y le dije EL TATA?..siiii Floreal es único Juan Carlos..caminábamos y cantaba….”tenía aquella casa no se que suave encanto..en la belleza humilde del patio colonial, cubierta en el verano, lo interrumpía…mirá revisemos la columna y me interrumpía él a mi..escuchá..escuchá…………..
En la belleza humilde del patio colonial
Cubierta en el verano por el florido manto
Que hilaban las glicinas, la parra y el rosal…
Sobre un banco empinadas las puntas de tus pies,
Los bucles despeinados y contemplando absorta
Los títeres que hablaban, inglés, ruso y francés.
¡Don Pánfilo, ligero!…
Y aquel titiritero
De voz aguardentosa
Nos daba la función.
Tus ojos se extasiaban:
Aquellas marionetas
Saltaban y bailaban
Prendiendo a tu alma inquieta
La cálida emoción…
Claudica el decorado sencillo de tu hogar…
Y vos, en el proscenio de un frívolo destino,
¡sos frágil marioneta que baila sin cesar!

