QUIEN NO LEYO EL DIARIO DE ANA FRANK?. ES LA MÁS PROFUNDA REPRESENTACIÓN DE LA DIGNIDAD DE UNA NIÑA ANTE LA TRISTE CONDICIÓN HUMANA. TINELLI TRATA DE HACER SU DESCARGO, POR LA FORMA QUE SE LA BANALIZA APELANDO A ALGUIEN QUE NO DESDRAMATIZA DEL TODO. PERO ES QUE SI HAY ALGUIEN HABLANDO DE DIGNIDAD, QUE JAMÁS RESPETÓ LA DIGNIDAD DE “LA MUJER” ES JUSTAMENTE ESTE CONDUCTOR EN DECADENCIA “TOBOGÁNICA”. Y ME GUSTARÍA SABER SI LA SEÑORITA JUJUY CUYO CV ES HABER VIVIDO CON PERSONAJES POPULARES NADA MÁS, REALMENTE SABE Y SIENTE QUIEN FUE ANA FRANK.
TV argentina
Acusan a Marcelo Tinelli y a Showmatch de banalizar el Holocausto por el uso de una foto de Ana Frank en una coreografía
La imagen apareció durante la presentación de Sofía “Jujuy” Jiménez quien cantó sobre una mujer que no se quiere quedar en su casa.

La imagen de Ana Frank, durante la presentación de una concursante de Showmatch – Foto captura de TV
Ana Frank, una niña judía alemana, se escondió durante dos años del ejército Nazi durante la ocupación de Países Bajos en 1942.
Junto a familiares y otras personas, cuando tenía 12 años, vivió en un escondite registrando todo lo que pasaba en un diario personal.
En 1945, murió de tifus en en el campo de concentración de Bergen-Belsen, tras pasar por el de Auschwitz , dos meses antes de la liberación por parte de los Aliados.
En 2021, durante el concurso “La Academia”, del programa Showmatch, que conduce Marcelo Tinelli, también titular la Liga Profesional de Fútbol, una participante, Sofía Jiménez, interpretó “Yo no soy esa mujer”, de Paulina Rubio, que trata de una persona no se quiere quedar en la casa.
La imagen de Ana Franck, gigante, fue el fondo de la coreografía durante el programa que se emite por El Trece.
El repudio llegó rápidamente, principalmente del Centro Ana Frank en la Argentina, desde donde aseguraron que esa escena “es llevar la banalización del Holocausto a una expresión extrema. Es un acto de humillación a las víctimas, a los sobrevivientes y a quienes elijen la dignidad humana como opción de vida”.
“Ana Frank no se quedó en su casa porque fue una mujer sometida sino que tuvo que esconderse para escapar de la persecución de la maquinaria nazi. En su encierro tuvo el más significativo acto de resistencia que fue escribir un diario”.
El museo principal que cuenta su vida, está instalado en Amsterdam, Países Bajos, en la misma casa donde la niña luchó por sobrevivir. Allí, las ventanas que hoy dan a la simpática ciudad, repleta de tusitas, paisajes y actividades culturales, están ploteadas con una imagen que recrea cómo era aquella urbe durante la invasión alemana, con soldados del Tercer Reich mirando atentos para todos lados.
“Quienes produjeron este espectáculo aberrante expresan su absoluta incapacidad de defender la dignidad de lo humano, la dignidad de la mujer y su desconexión con las víctimas de cualquier genocidio.”, continúa el comunicado de La Casa de Ana Frank Argentina en su cuenta de Twitter.
“Lo preocupante es la naturalización del horror para fines de entretenimiento y especulación comercial. El Holocausto y ninguna muerte pueden ser utilizados para entretener”.
En el mismo texto, Tinelli y todo su equipo, son invitados “a visitar el Museo Ana Frank, conocer su legado su impacto en millones de jóvenes del país y comprender cuánto daño han producido”.
Por su parte, el diputado de Juntos por el Cambio Waldo Wolff expresó también su repudio en las redes sociales.
“¿Hacia falta poner la foto de Ana Frank de fondo de una coreografía en Showmatch? Mínimamente muchos esperamos una disculpa de la producción y una concientización en su próximo programa de quien fue y su historia”.
Tinelli se refirió al tema a través también de su cuenta de Twitter al mostrar una publicación en Facebook del titular de la Sociedad Hebraica Argentina, Jonathan Lemcovich.
Allí, el dirigente pide “ver el contexto” en el que se usó la imagen de Ana Frank”, junto a otras mujeres que “hicieron un cambio en la sociedad”.
Durante el llamado Holocausto, fueron asesinados cerca de seis millones de judíos y, los sobrevivientes, fueron despojados de sus casas, pertenencias y hasta separados de sus familias.
En los estrictamente bélico, la entonces Unión Soviética, registró la baja de 29 millones, entre civiles y militares, mientras que en Países Bajos, 249 mil y en Polonia, 6.27 millones. Alemania perdió cerca de seis millones de los suyos, entre soldados y ciudadanos.