Norma Morandini ha escrito un libro que desnuda el mundo interno del Congreso de la Nación. Ella fue diputada nacional y senadora apoyando fundamentalmente la concientización de los derechos humanos por haber quedado estigmatizada luego del secuestro y desaparición de sus dos hermanos durante la represión. Además tiene una vida muy rica como periodista y escritora. Parafraseando a un autor recuerda que hay un contrasentido porque si bien el Congreso siempre fue concurrido por buena gente entre senadores históricos como diputados también, en su conjunto por lo que vio y vivió durante los dos períodos dentro de la gestión Kirchnerista, muestra y demuestra los vicios que tiene este poder por parte de mala gente. En el curso de su obra habla de su decepción con el Kirchnerismo porque tomaron como bandera los derechos humanos para lucrar con ellos a cualquier precio y los pañuelos terminaron siendo por manipulación del matrimonio gobernante, puñales blancos. Fue tratada de corrupta desde el primer día cuando aceptó ser candidata por parte de la sanjuanina Olga Riutort porque le imputó en los diarios cordobeses de que ella no era cordobesa. Norma demuestra que es cordobesa desde antes de nacer y su tonada no la contradice. No se prestó a los juegos sucios de estos dos períodos fundamentalmente en el senado cuando se convirtió en una escribanía del gobierno de los Kirchner.
Discrepó con casi todos los proyectos que venían del ejecutivo porque no daba para discrepar habia que votar a favor o la discordia y la denigración. Cuenta como la silbaban y vituperaban desde la tribuna cada vez que emitía una opinión hacían un discurso o discrepaba con los mandantes. Lo retrata a Boudou tal cual, como un hombre epidérmico, aunque de buen trato que siempre banalizaba todo, por ejemplo cuando Verna reclamaba estacionamiento para su automóvil, ella intervino para objetar que en las puertas del Senado veía automóviles de alta gama como Mercedes Menz, Audi, BMW, a lo que el presidente del senado y vicepresidente de la nación le contestó: ¡ Ahh te gustan los fierros como a mí!!!!!. Habla de sus viajes, del dolor de su madre ante la pérdida de sus dos hermanos, de la llamada por telefono que le hizo a su mamá el ex presidente Kirchner cuando recién asumido leyó que a ella le habían secuestrado los dos hijos, prometiéndole que haría justicia. Pero que con el tiempo todo se fue diluyendo en una pantomina, continuada por su esposa que cuando fue presidenta ahí con sus eternas cadenas nacionales banalizando la realidad, las consignas de las multitudes y sus puestas escenas para parecerse a Eva Perón terminaron por romper la relación hasta el punto de que ni se saludaban. Es consecuente con los valores republicanos, y con la independencia de criterio que sufrió mucho en este país en tantos años de ejercer el periodismo. Cita a bastantes pensadores que la ayudaron a transitar estos años difíciles hace una apología de Elisa Carrió e insiste con trabajar para la igualdad de los argentinos de lo contrario es imposible lograr una nación plena que la Argentina hoy no tiene.
Empezó creyendo en el Kirchnerismo a ella la convoca Luis Juez y terminó siendo una acérrima opositora cuando vio la estaba moral e ideologizante de los que buscan el poder por el poder en si, hasta que se fue definitivamente coincidiendo con el final de la presidencia de Cristina Kirchner y haciendo un balance de que esos ocho años con todas las contrariedades que pasó, la ayudaron a crecer y aprender muchas cosas que desconocía.
Su obra es un canto a la república que insta a recuperar, aunque la realidad del momento nos pone del lado equivocado de la historia. Muy observadora y analista tiene frases que nos recuerdan al gran Octavio Paz: la ropa nos desnuda. Efectivamente así vestimos y asi vivimos y cuando se estaba por ir pudo notar que la empezaron a abandonar hasta los choferes y todo el personal que antes la adulaban solamente por tener chapa de Senadora, pero como periodista ella quería volver a los suyo y que nunca abandonará ser periodista y escritora. Un libro que deleita y que le saca una fotografía a la verdad