LOS CONDICIONAMIENTOS DE LA OPOSICION

Una vez más estamos frente a un evento excepcional, indispensable en la democracia, las elecciones. Otra vez la Ciudadanía tendrá la oportunidad de expresarse, de tener una presencia concreta en el escenario de las decisiones. Aquí quedan claros los roles de los Mandantes, los Ciudadanos, quienes darán un Mandato a los Mandatarios. Estos Mandatarios serán puestos en funciones, serán Funcionarios, para llevar a cabo el Mandato Popular.

Todo esto se llevara a cabo dentro del marco legal que establece nuestra Democracia constitucional, Democracia basada en Partidos. Los Partidos deben tener democracia interna en el debate ideológico, la conducción y la elección de candidatos para enfrentar elecciones internas y generales. En resumen, surgen de los partidos políticos propuestas concretas para resolver la problemática del país, y los candidatos con sus equipos  para llevarlas a cabo.

Dentro de este marco los ciudadanos asisten y participan activa o pasivamente en el debate de ideas y propuestas de los distintos partidos. Confrontan ideas y propuestas que permiten al ciudadano decidir su voto, dentro de las opciones de un partido primero, estas son las elecciones primarias, y luego las generales, donde compiten los que ganaron las primarias de cada partido.

En esta oportunidad los ciudadanos no la tienen tan clara, pues los Mandatarios se han transformado en mandantes que imponen a los ciudadanos cuestiones ajenas al bien común. Los Funcionarios ya no están en funciones para cumplir con el Mandato Popular, sino en función de los intereses del grupo de poder, sea para ganar las próximas elecciones o salvar algunos miembros de sus causas judiciales.

La Argentina viene sufriendo un deterioro progresivo en la calidad de su democracia, que comienza en mi opinión en los partidos políticos, debido al Financiamiento de la política que permite saltear la Democracia Interna y el Debate dentro de los Partidos Políticos. Quien consigue el financiamiento es el candidato, y ese candidato queda condicionado al Financiamiento (“La raíz de todos los males” de Alconada Mont). De este modo la campaña, la publicidad y la red de intereses que se generan en un proceso electoral están muy lejos del interés común, y lo peor muy lejos del legitimo mandante que es el Ciudadano. Este Ciudadano confundido por lo abundante y contradictorio de la información, por un lado, y la impotencia de conformar agrupaciones alternativas, queda limitado a expresarse en banderazos y otras convocatorias a través de las redes sociales, que no pueden suplir al Proceso Original de los Partidos Políticos.

El oficialismo tiene las limitaciones de origen, pues el armado que puso en el poder a A. Fernández, agrava la raíz de todos los males. De tal modo este gobierno no puede ni siquiera arbitrar en su propio espacio, carente desde hace muchos años de debate y democracia interna, los socios están entrampados en sus propias redes.

A la oposición le cabe la posibilidad y la oportunidad de generar una alternativa que pueda presentarse a la Ciudadanía como una alternativa real a la situación actual. La Propuesta debe nacer desde lo más elemental que es un diagnostico de situación que alcance y comprometa a todos los sectores y a la ciudadanía en general. Tan elemental como partir  desde la coincidencia más básica que es La Constitución y la Ley. La Oposición debe ofrecer a los ciudadanos la oportunidad del debate sobre los temas esenciales, que generen propuestas tan amplias que incluyan a todos los sectores sin excepción. Que las propuestas estén por encima de los candidatos, de tal modo que los candidatos estén en función de las propuestas y no a la inversa. Estas coincidencias básicas deben combatir al Mesianismo que propone soluciones mágicas que nunca llegan. Este ordenamiento debe encausar toda la energía, la potencia y la esperanza de tantas iniciativas, como las convocatorias de ciudadanos, la producción, el campo y todos los sectores que desean un orden racional. Un orden Constitucional que garantice la oportunidad de trabajo, estudio, salud, seguridad, etc., para todos los argentinos sin distinción.

Los condicionamientos de la oposición son grandes, son difíciles, pero son el único camino a revertir la decadencia no solo de la Democracia, sino del País en general, cuyos índices de pobreza e indigencia no solo avergüenzan hoy, sino que también comprometen el futuro de todos, pues las nuevas generaciones serán el producto de esa miseria.

La unión de la oposición no puede repetir errores del pasado, no puede como el gobierno actual, tener el sello del fracaso en el propio armado. La unión de la oposición debe poner el caballo delante del carro, esto es priorizar las propuestas por sobre los candidatos, dejando atrás mezquindades personales e intereses ajenos al interés común. La primera señal de honestidad de la oposición debe ser la propuesta de unidad, pues no es posible que haya por un lado discursos catastróficos de la realidad y por el otro pseudomesias capaces  y suficientes para solucionar todo solo.

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