Corría el año 1969, yo iba al colegio de los hermanos Maristas en Nogoyá, provincia de Entre Ríos. Vivía en Victoria que está al sur a 45 kms y asistía todos los días. Recuerdo que se implementaba en el país la Pena de Muerte y entre alumnos y Hermanos Maristas se tejió la polémica por este decreto. La posición de esta orden era totalmente a favor de la aplicación de la pena, porque según ellos era para proteger a la sociedad. Ese debate me quedó en la mente para siempre. Las circunstancias se parecían a cierta euforia en favor de Lanusse ante la vuelta de Perón, porque la insurgencia ya estaba secuestrando y matando.
Pasaron los años y un profesor de la facultad de abogacía de la Universidad Católica de Cuyo, durante los seis meses que estuve hasta que me di cuenta que el derecho no era lo mío, me regaló un libro, profesor de derecho penal, sosteniendo el valor social de la pena de muerte. He escrito mucho sobre este tema y promoví importantes debates cuando ya era periodista, fundamentalmente en Colón y Sarmiento. Siempre se me aparece Gandhi cuando sostiene que la ley del talión, ojo por ojo, lo que conseguirá es que el mundo se quede ciego. También vengo observando durante décadas que en Estados Unidos, se han ensañado contra el argentino Saldaño, porque han introducido una pena mayor: no lo matan, pero tampoco lo dejan vivo. Lo despiertan cada 3 horas, para bañarse, para comer algo, en una pieza miserable y lo tienen con la expectativa pendiente no sabe si lo ejecutan o lo dejan vivo. La madre en recientes declaraciones ha dicho que no sabe que querer, que lo maten o que siga así, lo que es peor que la silla eléctrica o que la inyección letal. Saldaño con un Mejicano asaltaron un comercio y se encargó de matar al comerciante en un descampado, por unas monedas y un reloj. Mató como inmigrante a un ciudadano.
El pedido de los Papas siempre para que anulen esta pena, son totalmente ineficaces, porque los gobernadores de tales estados, son inclementes. Pero en el debate de los presidentes, coinciden, la pena de muerte es necesaria como protección de la sociedad. Obvio no es lo mismo la pena de muerte en países terroristas, desalmados, retrasados que la aplican desde siempre. Se me ocurre que si se hace una encuesta en la Argentina, donde primará el miedo a que nos toque, a nosotros o a algún hijo, nos desanima a aprobarla, aunque nominalmente somos una sociedad creyente tenemos un Papa, nos dirán que somos retrógrados, fundamentalmente que los países avanzados aprueban el aborto, discutible si es o no una pena de muerte a un inocente.
Pero se me ocurre hay tiempos distintos (nos parecemos más a nuestro tiempo que a nuestros padres, dice Ortega), hay circunstancias como el garantismo que termina valorando más a un delincuente que a un decente. Y ni hablar con la invasión del narcotráfico que distribuye droga a través de mercenario para venderla en el colegio donde van nuestros hijos. Venden Muerte. Depende también de nuestro estado anímico, la argentina están tan harta de ver imagenes de como los motochorros arrastran, violan, matan y roban. Violaciones en patota, Muertes por exceso de velocidad de borrachos al volante y la consabida crítica sobre la paupérrima justicia que hay en nuestro país, nos lleva a creer que de aplicarse, se mataría a muchos inocentes.
Ahora vuelve este tema ante el juicio a los asesinos del chico Baez, son los ocho rugbier o mejor dicho asesinos que al masacrar a un chico ejemplar e inocente, mataron en vida a sus padres, novia y padres de la novia y amigos, como también a sus familiares, aunque dicen, clasistas, así los criaron y se jodieron la vida, porque salían a chupar, pegar y si era necesario matar para alimentar el ego malvado.
En este caso específico observamos que la sociedad (como el caso del niño Kraiselburg, de dos años, raptado y ejecutado, todo el pueblo estaba enardecido). Hasta tal punto que el gobierno militar a través de un artilugio bajó la orden de que había que calmar a la población entonces, a los cuatro asesinos, les abrieron los portones de la cárcel para que se fugaran. Trampa mortal, cuando cruzaron la línea de la libertad los acribillaron y la bronca nacional comenzó a amainar. Aqui hay sentimientos parecidos, hay mucha bronca y piden, estan juntando firmas, que los condenen a cadena perpetua. En tres años no hablaron, han hecho un pacto de silencio u omertá como hacía la mafia siciliana.
La pregunta que siempre vuelve es, en este caso ¿ no sería legítimo y legal que quienes produjeron tanto dolor y como escarmiento padezcan la pena de muerte?. Burlando que es el querellante sostiene que varias veces ha pedido que se aplique la pena de muerte en otros casos pero que nunca prosperó.
Pena de muerte que debio ser aplicada a los comandantes y a los montoneros, por haber convertido a la Argentina en un infierno. Tengo dudas fundamentalmente por quienes sostiene que Dios da la vida, Dios debe quitarla. No se. Pero al menos habría que mejorar la justicia para poner el castigo a la altura del crimen y eliminar al menos en este caso y otros, la bonificación que se les da a los convictos por buena conducta reduciéndole la pena. No todos se resocializan y vuelven a delinquir y a matar. Coincido con Marcos Aguinis, si se los condena a 25 años, deben estar en la carcel los 25 años, ni un segundo menos y como hijos del rigor, estaríamos beneficiando al conjunto de la sociedad. Sabiendo que no repara en nada, porque los padres de este muchacho, están desolados, atribulados que hubiesen haber querido morir con su hijo.
Para colmo tenemos un presidente que es profesor en derecho penal en la UBA, quien en vez de estar boludeando con hacerle juicio a la Corte para complacerla a esta vicepresidenta, podría mejorar al menos esta parte de la historia que no vamos a olvidar, la bestial costo beneficio: por un helado, crimen en patota con premeditación y alevosía.
Para finalizar, nadie habla de la pena de muerte porque temen los llamados a los hijos en la escuela, las amenazas, los carpetazos y los inventos malditos. Si la sociedad no discute en serio este como otros temas vitales, habrá nuevos presidentes timoratos, nuevos jueces venales, nuevos legisladores que no laburan y gastan en el congreso 120 millones diarios, nuevos criminales y lamentablemente nuevos Baez, Axel, María Soledad Morales, Nair Mostafá, Kraiselburg y el hijo nuestro de cada día que nos hace saltar de la cama a las 4 de la mañana, sobresaltados, temiendo que nos lo envíen en un cajón.
Hay que prepararse para todo, hombre prevenido vale por dos.
JCM
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Totalmente a favor de la pena de muerte para delitos como asesinatos en patotas, violación seguida de muerte, robo seguido de asesinato, secuestro seguido de homicidio, narcotraficantes etc sin importar la edad de los autores.
Cómo así también estoy a favor de la eutanasia.
Y en su momento a favor del aborto