Todo empieza con la historia de este jugador boliviano que juega en el Cruzeiro y que le ha hecho 6 goles a la argentina en todos los partidos que jugó. Ayer batió a Armani con un cabezazo al ángulo. la pelota en Bolivia es un misil. Inatajable. El delantero estuvo provocando en todo el partido, convirtió el gol, creyó que con la ayuda de la falta de oxígeno se venía otra goleada pero se le dio vuelta la tortilla y el resultado. Perdieron 2 a 1. Al final protagonizó una escaramuza porque no toleró no ser el mesias y perder. Empezó a agredir, se las agarró con Messi y con otros jugadores como también con el cuerpo técnico. Como el fútbol es la vida, es la guerra sublimada, la confrontación futbolística entre Bolivia y Argentina trasciende a lo meramente futbolístico. Es la somatización que tuvo este jugador que lo llevó al resentimiento. Argentina tiene todo lo que le falta a Bolivia en todos los ordenes, de lo contrario históricamente no bajarían tantas personas de ese país a trabajar, a vivir, a operarse, a estudiar etc. No tienen salida al mar, los chilenos lo odian y diría jocosamente Borges: que le den las islas Malvinas para que tengan salida al mar. En la argentina hay Bolivianos, hijos, nietos y descendencia por todos lados. Aqui encuentran lo que no tienen allá y cuando un argentino va a Bolivia el trato es desigual o sea tienen complejo de inferioridad. El caso de Méjico, gracias Dios mío lejos tuyo pero cerca de Estados Unidos. Quedará para la anécdota, jugar en aquel país es difícil porque hay que dejar los pulmones fuera de la cancha, cuando bajan al mundo como selección no son nadie, nunca ganaron nada. El 30 por ciento de la población jujeña y salteña es boliviana. Las costumbres también son distintas, he visto en Jujuy a señoras que se ponen de cuclillas en la calle, con largos y anchos vestidos están unos minutos se levantan y se van y dejan una gran torta humeante. Muertos de mierda!!!dijo el goleador y no pudo contener el karma de ser un mal perdedor.