Perteneciente a la brillante generación de 1898, fue el escritor más culto y además ensayista, novelista sometiendo todo al debate. Tiene varias obras, analizamos aqui quizás la más polémica: “El pensamiento trágico de la vida”. Unamuno sostiene que tratar de entender la vida a través de la razón es un despropósito porque la vida y la razón se repugnan. En esta colisión de entender la vida a través de la razón o razonar a la vida se ancla el sentimiento trágico de la misma vida. Ya lo hemos dicho, razonar no es pensar y coincide con el pensamiento sufi, cuando ellos sostienen que llegan a Dios hasta la puerta, si intentan razonarlo, rebotan, si humildemente se entregan conscientes de que toda la obra de la creación con sus universos maravillas y tragedias es para los hombres incognoscible, entonces se abre esa puerta, como lo comprobaron varios poetas como Hörlendin, aquel que decía: donde crece el peligro nace lo que salva. También sostienen que si el amor está en la mente, no es amor porque va mutando, si baja al corazón ya es inmutable y se queda para siempre. Unamuno fuerte polemista combate a los monistas, a los agnósticos, a los ateos y fundamentalmente a los nihilistas estos defensores de la nada, de la nadidad, que ha atacado permanentemente a la axiología, la que estudia los valores humanos.
Unamuno dice creo que valgo tanto como el universo porque lo percibo y porque creo y quiero ser eterno, no me imagino ser perecedero, no me importan tanto de dónde vengo sino el propósito de mi existencia, a donde voy y como soy eterno tengo la motivación de la perspectiva feliz que me da la muerte, porque ella me lleva a la allendidad o más allá. Recordemos a Zor Juana Inés de la Cruz con su “muero porque no muero”. El pensador español, muy culto marca las contradicciones de filósofos, rescata a Spinoza fundamentalmente por sus frases filosas como “el que es no cambia su ser”, lo que quería decir este judío portugués desterrado a Holanda es la tozudez de la conservación de nuestro ser tal como es como viene y como se va. Viene bien este pensamiento en tiempos actuales de tanta mutación. Sostiene Unamuno que nadie puede demostrar nada a través de la razón porque la razón son razones que aprendimos y que no garantizan de que eso sea cierto en el campo de la metafísica; se inclina por la fe, fe de que estamos de que somos y de que creemos pero fundamentalmente queremos creer.
En este sentido desde la iglesia Cristiana de los primeros tiempos con la fuerza de sus padres como San Paulo y San Agustín, fundaron un mundo nuevo, la era actual, a traves de los prodigios de Cristo quien demuestra que es el Mesías a través de los hechos dominando absolutamente a la materia, caminando en el mar, calmando el viento, multiplicando panes, resucitando muertos y su propia muerte y resurrección. Como alguna vez decía el tercermundista Grambal: si Cristo no resucitaba hubiera sido el gran impostor de la historia, pero lo predijo, destruyan este templo y lo levanto en 3 días, no lo entendieron y asi lo hizo, al tercer día resucitó de entre los muertos.
Se me ocurre después de leer a Unamuno que el hombre actual se quiso convertir en dios a traves del pensamiento artificial, pero nada le alcanza, nada lo contiene porque no soluciona el problema mayor de esta vida como es la muerte, en cambio desde los primeros tiempos y la edad media con todos los actos fallidos de los hombres, millones de santos y mártires y gente común con la fe del carbonero nunca perdieron la esperanza, la clave de la felicidad de occidente que es la perspectiva, hacia una vida próxima por la inmortalidad del alma, el don de la vida para siempre, lo que motivaba a las hazañas y a la convivencia hasta que el mundo mostró que prefiere lo mejor más que lo bueno, cuando la bondad es la primera potencia universal.
Lindo tema para debatir en un mundo donde el hombre se desintegra y enferma al planeta con sus animales sus plantas, el aire que respiramos, el clima porque debe volver a la fuente que calmará su sed de creer que todo tiene un sentido en esta vida, tras la cual hemos sido creados para la eternidad.