ACLARACIÓN: En el tiempo del articulismo, versión moderna de la literatura, producto de la imaginación nada más, es pura ficción, no sugiero, no instigo ni le doy ideas a nadie. Es algo que se me pasa por la cabeza y lo cuento. Cualquier parecido es coincidencia y nada más. j c malis.

Era la hora del almuerzo y comían, cada uno tenía la vista fija en el plato, no se miraban, no hablaban, quizás eran fatasmas que ansiaban volver a la cama para tomar rivotril y así apaciguar el martirio. Estaban muy solos, no querían pensar y en un promedio de 22, 23 años tampoco tenían fuerzas para masturbarse. En la cena pasaba lo mismo, en el desayuno también y después a la celda, siempre a la celda. Lo visitaban los padres, pero era calvario sumado al calvario, porque las visitas que aparecían como treguas terminaban en desgarros.

Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23). Nadie les obsequió algún libro de Viktor Frankl creador de la logoterapia, estuvo en los campos de concentración del holocausto. Creó la logoterapia: consiste en que venimos a esta vida a sufrir y a morir, tratar de encontrarle un sentido a esta existencia, es el fin de toda su obra.

Durante el almuerzo del tercer día después de la sentencia, tapándose la boca para que nadie leyera sus labios y en voz baja, uno de ellos, Enzo Comelli lanzó de postre el siguiente jaculatorio: ” no aguanto más, no me imagino 50 años adentro, terminemos con esto, nos liquidemos”. Todos se retiraron del plato, seguían con la mirada baja, no atinaban a tratar lo que acababan de escuchar. En la mañana siguiente estuvieron mudos, y durante dos días siguieron así hasta que la voz de Pertossi retumbó con silencio lacerante: ¡Estoy de acuerdo, cómo y cuando lo hacemos?. Paradójicamente los sentenciados a 15 años eran los más ansiosos. Aportaron voces, no voy a morir entre cuatro paredes; yo tampoco, no les debiéramos dar el gusto dijo Viollaz; manos a la obra completó Thomsen.

Durante una semana apurando que no los separaran, estuvieron hurgando esta posibilidad sin comentar a sus padres para nada, disimulaban, hasta se diría que sentían cierta serenidad como quien encuentra una puerta de salida del infierno. Cinalli dijo: yo no me voy a matar, no quiero, me duele mi madre. Refutaron los siete restantes de que el que no quisiera no lo haga, los muertos no se iban a enterar de alguna deserción. Las madres de los ocho despues de las visitas se iban cada vez más inquieta, una de ellas le dijo al esposo, mi intuición me dice que algo están tramando. El padre le contestó: justamente ese es el problema, que ni si quiera pueden tramar nada; bah estamos todos muertos, ella le contestó, muertos en vida.

Lucas Pertossi por su personalidad se adueñó de la idea y disimuladamente comenzó a ser el líder el proyecto: hay que morir!!dijo, no nos queda otra, el que quiera leer la biblia durante toda la vida que lo haga, yo quiero que lo hagamos y nos liberemos. Ciro Pertossi pensó en voz alta: pero…el infierno, ¿que nos espera?. Un hermano le contestó: el infierno es esto, ¿no te diste cuenta de que estamos en el infierno?. Los padres de uno de los condenados encendió la mecha cuando le dijo a su hijo en una de las visitas: estan hablando de dónde los llevan, los separan; pero no te hagas el bocho siempre te vamos a acompañar. Esta presunción apuró el final, Benicelli contestó cuando le preguntaron: ¡ ya tenemos los ocho instrumentos: hojas de afeitar, otros adminículos cortantes que lograron pasar sin que los guardiacárceles se dieran cuenta y otros que les pidieron a sus padres con la excusa de cortar hojas, algo así como corta papeles, de cosas que escribían.

Ya tenemos la fecha se escuchó durante el desayuno, hay tiempo, debemos dar el golpe el día que a todos les duela más en esta sociedad de hijos de remil putas. Y nos vamos para siempre. La fecha era la madrugada del 14 de febrero a las 3 de la mañana. Pusieron una mano sobre la otra e hicieron el juramento, el que lo viole o diga algo, lo castramos!!. Todos se sentían por un lado aliviados y por el otro ansiosos.

En la madrugada del 14 de febrero día en que la primavera del amor daba paso y se adelantaba en esa madrugada a los juegos del amor, los ocho condenados estaban atentos a las agujas del reloj. Tenía que ser rápido, aceptar las convulsiones, no hacer ruido y buscar directamente la yugular; habían descartado las venas de las muñecas porque temían que de hacerse sería una muerte lenta, o coagularían las heridas, prefirieron ser precisos incisivos justo a las 3hs.

Ayrton Viollaz estaba lívido y no había forma de sacarle palabra. Segundo omerta o pacto de silencio. No se lo confesó ni a sus padres y no quería quedar como un cobarde o traidor. Llevaría ese estigma hasta su muerte, esperaba el descuento de 10 o 12 años en la cárcel.

El alboroto fue total, sirenas, ambulancias, hasta bomberos, los medios periodísticos daban las noticia infausta que rapidamente como un tsunami se expandio por todo el mundo. 7 de los ocho condenados por el asesinato de Fernando Baez habían hecho un pacto y se suicidaron a la misma hora, en la misma carcel y ante el mismo destino. La madre de Fernando nunca quiso decir que sentía más paz, no se lo permitía y seguía lavando ropa limpia y cambiando sabanas sin usar del hijo muerto.

Se frenó la justicia, se archivaron los expedientes, bajaron las apelaciones y las redes estallaban entre los que eufóricos aprobaban como si fuera otra final del campeonato del mundo. No faltó el humor negro de quienes se prendieron en que los billetes de 10.000 debían llevar las fotos de los suicidas. Sus padres morían todos los días de nuevo; durante mucho tiempo se debatió este pacto, y el copito que estaba en la carcel por intentar matar a la vicepresidenta de la nación, recibía mensajes de la instigadora machacándole que era un inutil, cobarde y poco hombre y murmuraba con rencor reprimido, parece que todos se me están “burlando”.

Desde aquel 14 de febrero durante un siglo dicen que la luna esquiva los jardines de la farsa humana.

JCM.

1 COMENTARIO

  1. Tu ficción quizás no esté lejos de ser real.
    En el penal los esperan, se la tienen jurada. Ni dormir podrán.
    Será una tortura China y ahí si van a desear que la pena hubiera sido de muerte.
    Y como se sabe el suicida busca dejar de sufrir.

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