En tan solo unos días hemos escrito más de 130 artículos de todos los colores y profundidad. Opiniones, cultura, política, columnistas y hasta humoradas. Estamos en formación, en las raíces, cimientos que rellenamos con escombros. Todos los días encendemos el fuego como un naufrago esperando que nos trae la marea. Somos analógicos y tenemos que lidiar con el mundo digital. Tratamos de elegir la noticia principal dejando de lado lo banal. Y estamos interpretando la realidad con mesura porque sabemos que al lector le duele el apremio y desasosiego por la realidad que se vive y muere. No tenemos la felicidad del niño que todos los días se levanta feliz y dispuesto a festejar el regalo de la vida. Pero la experiencia nos pone a prueba. Para dar un ejemplo, si en tan poco tiempo, dos semanas estamos siendo leídos por cientos de lectores que discurren sobre artículos, algunos extensos es porque la gente se identifica y derrumbamos el mito de que solamente se lee lo breve y fugaz. Si nuestro lema es República o retroceder hacia adelante, debemos ser coherentes para que el lector disfrute, discrepe pero fundamentalmente confíe. Porque no le vamos a mentir, no lo vamos a engañar con disfraces, artilugios, circunloquios. nuestro oficio es decir la verdad y no manipular. tratamos de imitar lo bueno, copiamos articulos con jerarquía y nos invisibilizamos por lo que decía Borges: si hay algo original es invisible. Claro, todo está hecho. Aun asi y todo lo intentamos. Si el panegírico al sacerdote Paquito Martín por su retiro ha logrado la cantidad de 1000 me gusta, es porque estamos siendo breves, claros y concisos, tratando de interpretar de manera honesta la realidad. Nuestra meta es llegar a todos los sectores y hacer hincapié en los jóvenes: distraídos, desconcertados y desencantados, sabiendo que nosotros los de la generación de los setenta seremos malos antepasados.

Pero creemos que no es tarde, para que sea tarde. Es temprano para crepuscular. Recién es de madrugada para que llegue el aurora. Y como decía Ortega y Gasset sin dejar de ver el ayer, lo importante es “mañanar”.

JUAN CARLOS MALÍS.

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