Saber vivir
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Acabo de estar en un casamiento.
Los novios tenían 74 y 76 años: ella viuda, él separado.
Escuchaba las palabras de quien oficiaba la ceremonia que decía que era importante decirse te amo una vez al día, nunca irse a dormir enojado, apoyarse entre ambos para hacer frente a las crisis.
Qué fácil es entender estos conceptos a los 70 años en comparación a la inconsciencia con la cual los escuchamos a los 20, cuando nos creíamos invencibles y no sabíamos nada.
No conocíamos la importancia de las palabras del tono de voz en las diferencias, en el efecto de una caricia, en ese toque ligero para expresar: ”Estoy aquí contigo”.
No teníamos grasa abdominal, ni lentes bifocales. No sabíamos que la muerte puede estar cerca y que cada instante de vida es un tesoro.
Qué maravilloso viaje de bodas podríamos hacer a los 20 años, sabiendo lo que la vida nos enseñó a los 70.