Las últimas 48 horas han sido patéticas, por la situación que presenta la provincia de Formosa ante la represión que golpeó fuerte a la población y repercutió en organizaciones de derechos humanos mundiales, excepto en la paradójica Argentina. La represión del impresentable Insfranc no se hizo esperar ante la resistencia de la provincia de volver a la fase uno ya que no hay confianza hacia un gobierno que terminó confinando a sectores como si fueran un gheto. pero la actitud del gobierno nacional deja que desear ante un presidente aturdido, oscilante y sin autoridad que no se le ocurrio otra cosa que respaldar al cuestionado gobernador en esta represión y que alguna vez lo puso de ejemplo como a Moyano. El crédito social de Fernandez cae a pasos agigantados cuando se sintió el repudio nacional al descubrirse que habia un vacunatorio Vip. Como si fuera poco desde Méjico le echo la culpa al periodismo y dijo que todo era una payasada. Hay preocupacion en la gente y en las instituciones porque ven a un hombre timorato dependiente de la vice presidenta que fuera de si, sacada, disparada psicológicamente hizo de su defensa ante el dolar futuro un manifiesto en contra de la justicia, de los jueces, fiscales envuelta en una nube de cólera desde su despacho. El impecable fiscal Raul Plee la termino acusando y a las 24 horas el mismo fiscal fue suspendido desde la afa. Ahora tendría las horas contadas la ministra de justicia Losardo, porque el kirchnerismo cree que es afin a sectores de la justicia que combaten a la misma vicepresidenta de la nación. Mientras tanto la vacunación es muy lenta porque no consiguen vacunas despues de que Gines echo a pfizer, la vacuna estrella en el mundo y fieles al gatopardismo enviarian como embajador al ministro echado a Colombia. Un gobierno al borde de un ataque de nervios. Opositores están viajando a Formosa; se queja las Naciones Unidas y Perez Esquivel. Bonafini y Carlotto hacen silencio.