En plena campaña electoral el año pasado la vicepresidenta de la nación salió a batir el parque con la mercadería barata que los empresarios estaban poniendo en las góndolas de los supermercados. Habló de pindonga y cuchuflito. El último es un personaje que se destacó durante décadas con Juan Carlos Calabró. En el caso de pindonga, digamos que según Borges se refiere a las pindongas que eran las primeras prostitutas que comenzaron a salir a la calle a comienzos del siglo anterior. la gente le dio a esta palabra la connotación fálica: pindonga es pene. De todas maneras a un año de aquel carnaval comestible y hoy ya gobierno, los precursores de esta denuncia deben hacerse cargo de que volvieron estos productos de cuarta a las gondolas. Porque aqui siempre se vuelve aqui una se muere de nuevo y de viejo y cada vez con el pendejismo estamos llenos de viejos nuevos y…..nuevos viejos.

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