LA VUELTA
Llego en un dia de grisura, el otoño estaba remolon, no se quería ir y el invierno tampoco estaba convencido de volver al lugar de siempre. Venia con una cartera de viuda, tapado largo, ojos caidos y dispersos; su rostro se había transformado en una mueca crónica.
Ni siquiera nos dijimos hola!, arrastraba sus zapatos cansados y se desplomo en una silla cerca de la estufa. Yo estaba atonito, no sabia que hacer, que decir. Entonces le prepare un café. Ella seguía ahí, como si hubiese vuelto convertida en momia. Bebio a sorbos el café y me llamo la atención que lo tomara amargo. Asi estuvimos sin hablar, minutos, horas, sin que ninguno se animara a decir nada.
La cocina, la heladera, retratos, las sillas nos miraban mudos, piadosos. Guardaba destellos de aquella mujer hermosa que alguna vez tambaleaba hasta al mas arrogante. Ahora, estaba media muerta o muerta y media no se. Quiso hablar, justificarse, pero la interrumpi: nunca te voy a preguntar sobre tu pasado!. Levanto su mirada sin chispas y asintió. Le traje toallas, le indique el baño y el dormitorio, que nunca volvió a ser habitado desde que se marcho. Se sereno. Entro imprevistamente Lola mi perra; le dije que no le haría nada. Lola la olfateo y cuando le apoyo el hocico en su falda; se desarmo en un diluvio de lagrimas desganadas.
Me lleve a Lola a la plaza. Cuando volvimos ya no estaba. Lola olfateo la pieza, quiso seguirle el rastro y la detuve; ya esta, le dije..perdio el rumbo..es solo un fantasma. Lave la tasa, y me fui al patio a respirar por la nariz.
JCM.

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